Mamparas fijas o correderas, ¿cuál es la mejor opción?

Eva
Eva

Las mamparas son un elemento fundamental en el cuarto de baño si queremos ganar intimidad y evitar salpicaduras. Ahora bien, a la hora de escoger el modelo perfecto resulta fundamental valorar nuestras necesidades y el espacio en que vayamos a ubicarlas para poder escoger la opción perfecta. Sigue leyendo para conocer las principales características de las mamparas fijas y de las mamparas correderas y poder valorar qué tipo de mampara se adapta mejor a tus necesidades según los expertos.

Las mamparas fijas

En primer lugar encontramos las clásicas mamparas fijas, las que más tiempo llevan en el mercado. Las mamparas para duchas o bañeras fijas están compuestas por uno o varios paneles de cristales sencillos que cierran la ducha de manera eficiente y son fijos, no se mueven. Las más comunes suelen cerrar únicamente la parte de la ducha más cercana a los grifos, aunque son más que suficientes si nos sentamos con cuidado para prevenir que el agua salpique.

Entre las principales ventajas de las mamparas fijas encontramos que sus diseños suelen ser especialmente coquetos y minimalistas, además de que podemos encontrarlos con muchas formas diferentes, como por empleo en forma de mampara rectangular o de mampara ovalada. A nivel visual se trata de mamparas que son atractivas estéticamente hablando, y es por este motivo que es bastante común encontrarlas en los cuartos de baño de los spas y de los hoteles.

Además de ser estéticamente bonitas, las mamparas fijas son bastante más duraderas, porque como no se están manipulando constantemente para poder entrar a la ducha o a la bañera su desgaste es siempre mucho menor que el de las mamparas correderas.

A nivel de seguridad, se trata de mamparas especialmente interesantes, ya que normalmente se componen con cristales mucho más gruesos, ya que son fijos. Del mismo modo, como no hay que estar tocando el cristal constantemente para entrar a la ducha se reduce en gran medida el riesgo de padecer algún accidente.

Se trata también de modelos de mamparas muy sencillos de limpiar, porque cuentan con muy poca perfilería en comparación con las mamparas correderas. Además, si vienen con antical no se ensucian casi nada y se limpian con más facilidad todavía.

Si bien la gama de precios de estas mamparas es grande, las mamparas fijas de ducha siempre son más baratas que otro tipo de mamparas, y además, si son mamparas fijas abiertas para platos de ducha planos, son una alternativa muy accesible para facilitar la higiene de las personas con movilidad reducida.

Las mamparas correderas

Por otro lado encontramos las mamparas correderas. Se trata de un tipo de mamparas que tienen una hoja fija y una corredera, aunque también pueden contar con más puertas correderas si se busca cerrar completamente la ducha. Las hojas correderas se deslizan sobre un carril que puede ser superior o inferior, aunque en la actualidad también podemos encontrar modelos sin perfiles para baños minimalistas.

Es la alternativa preferida por las familias con hijos, ya que son especialmente interesantes a nivel de hermetismo, y permiten mantener la temperatura en el interior de forma muy superior a como lo hacen las mamparas fijas, siendo también una buena opción si no tenemos calefacción en el cuarto de baño.

Por otro lado, si elegimos mamparas correderas con perfil en la parte inferior prevendremos de forma eficiente las salpicaduras y las filtraciones de agua. Además, estas mamparas nos parecen la mejor alternativa también para las casas compartidas o las familias muy amplias, porque permiten personalizaciones con serigrafías que convertirán la ducha en un espacio mucho más íntimo para evitar contratiempos.

Además, las mamparas de ducha correderas son especialmente prácticas y quedan bien en todo tipo de espacios, desde en los baños más pequeños hasta los de tamaño grande familiar. A nivel de limpieza y durabilidad es importante escogerlas con antical y con rodamientos de calidad para evitar problemas.

Mamparas fijas o correderas, ¿qué opción elegir?

De esta forma, ahora que ya hemos valorado los dos tipos de mamparas disponibles en el mercado pasamos a reseñar que no existe un tipo de mampara que sea mejor que el otro, sino que cada tipo de mampara es apto para un tipo de condiciones diferentes.

En primero lugar es interesante valorar que ambas son perfectas para los baños de tamaño pequeño, porque las fijas no requieren de manipulación y pueden ubicarse en todo tipo de espacios de distintos tamaños mientras las correderas no requieren de espacio extra para abrir las puertas porque van pegadas al baño o a la ducha. Del mismo modo, es posible ubicar obstáculos en las hojas fijas sin problemas, con lo que podremos aprovechar todo el espacio para ubicar el sanitario o algún mueble sin problemas.

 Ahora bien, si somos una familia numerosa o tenemos hijos, sin duda las mamparas correderas son la alternativa que deberíamos elegir, no sólo porque sean más eficientes y permitan mantener mejor el calor, sino porque si los niños son pequeños podremos ayudarles mejor. Además, con estas mamparas evitaremos las fugas de agua y podemos personalizarlas con sistemas antivuelcos para añadir más seguridad durante los primeros años de los peques.

Del mismo modo, si vivimos con personas con movilidad reducida o con ancianos, las mamparas fijas son mucho más recomendables, sobre todo combinadas con platos de ducha muy planos, ya que no será necesario moverlas para acceder a la ducha, e incluso permitirán entrar a la ducha con una silla especial o una silla de ruedas.